Desaparezca aquí
Cuando ya no quede nada, la poesía no servirá para una mierda. Mientras tanto, cada vez que cierro los ojos imagino un poema. Son mis ahorros; el dinero valdrá menos aun que nuestras palabras entonces y hasta entonces siempre es mejor dormir en un cajón desordenado de palabras ignífugas que sobre un arcón lleno de billetes inflamables.